lunes, 10 de junio de 2013

Desde el primer día



Cuando mis labios rosan tus mejillas y reaccionas como dejándote llevar al cerrar tus párpados, puedo sentir la suavidad de tu piel, como si tu cuerpo incitara al mío a desearte. Cuando te tengo tan cerca siento que me arranco la piel, es un grito interno que no puedo delatar cuando arden mis hormonas. Te deseo desde el primer día y desde entonces siempre hay un escalofrío interponiéndose entre las emociones antes de entrar en ti.

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